El problema global del envejecimiento

Rolando Morgensterin, referente del Área Técnica de CADIME y Magíster en Salud Pública, dio el puntapié inicial al debate con la primer conferencia del evento: “El problema global del envejecimiento” sin elegir eufemismos anuncio: “No se puede hablar del envejecimiento saludable de la población, como plantea la OMS, sin una cobertura universal (CUS) basada en los servicios clínico asistenciales de la atención primaria (APS), en el marco de un sistema de salud económicamente productivo y financieramente sostenible”. Con las actuales proyecciones mundiales ante el envejecimiento poblacional, muchos países han iniciado reformas en esta dirección sociosanitaria. Argentina respalda la estrategia sanitaria de la CUS, en el Acta 3/2018 del COFESA, y de la APS en los puntos 4 y 19, artículo 23 del Decreto DNU 8/2023 de la Ley de Ministerios. Hay marco político suficiente para una implementación sostenible.

Desde un enfoque sanitario, el beneficio de prolongar la vida, también provoca grandes desafíos en los servicios de atención sanitaria y social en una sociedad. Más aún si hablamos de envejecimiento saludable, pues el desafío será ofrecer al adulto mayor, una respuesta adecuada en recursos y actividades, que le permita una mejora continua en la calidad de sus capacidades físicas y mentales, adaptables con el medio que cohabita.

La OMS advirtió que los mayores a 60 años, ya superaron al segmento de 0 a 5 años y llegará al 2050 con el 22% en promedio de la población mundial y lo extienden al 28 %, en una envejecida Latinoamérica. Hoy en Argentina, el envejecimiento es de un 16 % de la población y con la foto actual de situación. Para el 2040, la población tendrá un índice de envejecimiento del 2,4 %, superando a la población de 0-14 años.

Según la ONU, OMS, OCDE, CEPAL y hasta el Capítulo Salud de la Cumbre G7, acuerdan que se pueden llegar a un envejecimiento saludable, promoviendo la Cobertura Universal de la Salud (CUS), con un enfoque clínico asistencial centrado en la persona, a través de una red de establecimientos prestadores ambulatorios que ejerzan la Atención Primaria de la Salud (APS). Para ello, se requieren países con desarrollo productivo y sistemas de salud financieramente sostenibles, que promuevan reformas impositivas progresivas, minimicen el trabajo informal, garanticen la gestión con prácticas anticorrupción y corrijan los desvíos de la planificación sanitaria. Esta es la propuesta que los organismos internacionales y de los sistemas más avanzados de salud para lograr un envejecimiento saludable y un sistema de salud sostenible.

Las recomendaciones OMS invocan a tomar hábitos saludables de vida, evitando el estrés crónico, estimulando la vida social, uso de la IA Bot, mejorando el sueño, realizando actividad física y mental, nutrición mediterránea, aire puro, nada de cigarrillos y alcohol, y controlar los factores de riesgo metabólico como la diabetes, HTA, sobrepeso y colesterol. La digitalización de salud tendrá un rol estratégico para obtener una mayor eficiencia y satisfacción en la atención de la salud integrada a las necesidades sociales.

En Argentina, la situación es crítica con un sistema de salud no sostenible en lo económico y financiero, agravando la asistencia en el adulto mayor. El sistema esta fragmentado con muchos financiadores que dicen no cubrir sus costos y también segmentado por la capacidad de pago que dispongan las personas, en un país con 50% de pobreza que solicita asistencia estatal. En cualquier subsistema de salud ofrecida, los pacientes tienen problemas de acceso, cobertura y están insatisfechos con la calidad de atención que reciben. Los prestadores efectores a su vez, están en crisis de aranceles, sufren desinversión y desfinanciamiento. En definitiva, estamos hablando de un sistema de salud que debe reformarse a uno que sea sostenible.

En conclusión, se han presentado modelos y tendencias internacionales concretas a seguir, que pueden adaptarse a nuestras necesidades y características regionales y nacionales. Las autoridades y los tomadores de decisión políticas en salud tienen el desafío de promover las reformas necesarias para garantizar el derecho a una atención sociosanitaria suficiente que permita lograr un envejecimiento saludable.